El carro carnicero era normalmente esperado, llevaba carne carneada en la víspera. Era conducido por el propio dueño o bien por un repartidor.
Sus atuendos fueron convirtiéndose con el tiempo para terminar en delantal blanco, una boina ladeada y el infaltable pañuelo anudado. A la cintura la cuchilla
El carro llevaba un techo redondeado, que servía para colgar los trozos de reces, las herramientas para su troceado como serrucho, cuchillas, chaira y la tabla-mostrador que se bajaba desde el lateral para producir las ventas junto con la balanza la cual era armada para pesar los cortes solicitados.
Una vez realizado el despacho o venta, solía invitarse al vendedor con un mate y algún que otro bocado.
Comentarios
Publicar un comentario