Carros y Carruajes

   Con alegría luego de 50 años de espera volvió a rodar la Chata LA LUZ DEL DESIERTO, propiedad de Don Eduardo Lopez en la localidad de Navarro.   Fue en oportunidad de los festejos por la Independencia, el 9 de Julio de 2015 donde Don Tito Dominguez ató la chata con unos buenos caballos de tiro y puso en marcha este transporte  de carga de época.       Fue arreglada gracias al apoyo de la Municipalidad de Navarro, con la logística de quienes amamos los carros y carruajes.     Se llevaba en ella cereales, y materiales en grandes cantidades.  Cuenta con ruedas traseras de 2,80m de diámetro. Las delanteras 1,50m.  El largo total de la chata es de 7 metros y su ancho 2,20m. Toda la unidad tiene una altura de 3.05m    El conductor llamado chatero se ubica sobre el pescante.  Lleva un  caballo varero, dos tronqueros, un cadenero y dos balancineros. Imaginemos este transporte recorri...

El carro panadero Repartía a diario el pan  que se elaboraba por la noche hasta entrada la madrugada. Tempranito salía el reparto en carro a caballo.  Se utilizaban caballos para el trayecto de la mañana y de la tarde por separado.  Era un carro tipo jardinera mas cerrada  para proteger la carga.  Por los costados del pescante donde se ubica el asiento del conductor presenta el acceso para subir al carro.  La venta era muy buena, ya que el pan se consumía mucho y su precio era barato.  Como todo servicio a domicilio de época, generaba una confianza muy alta entre cliente y repartidor.  Se vendía pan, galletón de grasa y masa de pan.

    El carro carnicero era normalmente esperado, llevaba carne carneada en la víspera. Era conducido por el propio dueño o bien por un  repartidor.     Sus atuendos  fueron convirtiéndose con el tiempo para terminar  en delantal blanco, una boina ladeada y el infaltable pañuelo anudado. A la cintura la cuchilla     El carro llevaba un techo redondeado, que servía para colgar los trozos de reces, las herramientas para su troceado como serrucho, cuchillas, chaira y  la tabla-mostrador que se bajaba desde el lateral para producir las ventas junto con  la balanza  la cual  era armada para pesar los cortes solicitados.      Una vez realizado el despacho o venta,  solía invitarse al vendedor con un mate y algún que otro bocado.